El municipio de Fuendetodos se caracteriza por la diversidad de paisajes que pueden encontrarse al recorrer sus distintos parajes. El paisaje entrópico y el estepario ocupan gran parte del territorio, en el que también abundan el bosque y el matorral mediterráneos, así como el microclima característico de las hoces y focinos.
Los visitantes que se adentren en la localidad zaragozana podrán pasear por los extensos pinares de pino carrasco, un árbol característico de los climas mediterráneos. En los bosques también pueden verse encinas o carrascas, que atestiguan el viejo dominio del cascarral antes de que la llegada del hombre cambiase el paisaje. Otras especies presentes en la zona son el enebro de la miera, la sabina negra, la salvia, el espliego y otras plantas de la familia de las esclerófilas.
Por su parte, las hoces, focinos y focinicos rompen con el clima seco característico de la región y acogen un entorno sorprendente, muy diferente al que puede encontrarse en el exterior de las mismas. Las altas y escarpadas paredes de los barrancos los protegen del clima árido y permiten que en su interior se desarrollen especies vegetales como los arces de Montpellier, los almeces, los guillomos o las cornicabras, entre otras.
En este artículo, desde el Ayuntamiento de Fuendetodos te contamos cuáles son las características de los principales paisajes que pueden encontrarse en el municipio. ¡Anímate a descubrirlos!
Paisaje entrópico
El paisaje entrópico es aquel que ha sido modificado por la acción del hombre y que, por tanto, no puede volver a su estado natural original. En Fuendetodos, el paisaje entrópico abunda en las llanuras y los valles, zonas que se han utilizado durante años para albergar las tierras de cultivo.
Tradicionalmente, los cultivos eran más variados, siendo muy comunes algunos como las vides y los cerezos. No obstante, en los últimos años este tipo de cultivos han ido perdiendo terreno frente al cereal.
Pese a que las actividades agrícolas han alterado el paisaje, este sigue siendo el ecosistema de muchas especies animales, que aprovechan los setos y ribazos, así como el rastrojo después de la cosecha.
Paisaje estepario
Se entiende por paisaje estepario aquel que se da en zonas muy áridas, con temperaturas medias por debajo de los 18 grados y precipitaciones escasas. El terreno suele ser seco y llano, sin demasiada pendiente, y está cubierto por vegetación principalmente herbácea. Estas plantas son pequeñas pero sumamente resistentes a las temperaturas propias de la región, conformando un paisaje árido pero diverso.
Estas zonas son el hábitat de gran variedad de especies animales, algunas de ellas consideradas vulnerables (en riesgo de pasar a estar en peligro de extinción), como las alondras de Dupont o las gangas.
Bosque mediterráneo
Tanto el bosque como el matorral mediterráneos son característicos del clima mediterráneo propio de gran parte de la Península Ibérica. La flora que los compone está adaptada a los áridos y calurosos veranos, siendo en su mayor parte de hoja perenne dura.
En Fuendetodos, los pinares de pino carrasco son los grandes protagonistas del bosque mediterráneo, combinándose en algunas zonas con las encinas o carrascas que antiguamente dominaban el paisaje.
Estos bosques acogen también multitud de especies animales, como son los corzos, las águilas culebreras, los búhos chicos o las ginetas.
Matorral mediterráneo
Al igual que en el bosque mediterráneo, en el matorral mediterráneo de Fuendetodos abundan las especies de hoja perenne dura. La más común es el romero, planta aromática de abundantes hojas y llamativas flores de color blanco, rosa, azul o violeta.
En los romerales habita gran parte de la fauna de la localidad aragonesa, siendo el refugio de conejos, liebres, zorros o tejones, entre otros.
Coscojar sabinar
El coscojar recibe este nombre por el predominio de las coscojas, a las que acompañan otras especies como las sabinas, los enebros de miera o las carrascas arbustivas. Es un tipo de vegetación muy común en Fuendetodos, que acoge y alimenta a especies animales como la cabra montés o el jabalí.
Hoces y focinos
Por último, no podemos olvidar las hoces, focinos y focinicos tan característicos de la región, que albergan especies propias de climas más húmedos gracias a su aislamiento del exterior.
La vegetación que se encuentra en el interior de los cañones se considera una reliquia del periodo Holoceno y combina algunas especies de hoja perenne con otras de hoja caduca como los arces de Montpellier, las cornicabras, los lidoneros o los guillomos, además de cinco variedades de helechos. También son abundantes plantas como la nueza negra, la violeta, la lechetrezna mayor o los zapatitos de la virgen.
Las grietas que se encuentran en las paredes de los barrancos sirven de refugio a especies de aves como el avión roquero, el alimoche, la chova piquirroja, la paloma bravía, el buitre, el milano o el halcón peregrino. Además, en el interior de las hoces también habitan mamíferos como las cabras montesas, los corzos, los jabalíes o los tejones.