¿Cómo falleció Goya? Sus últimos años de vida

Francisco de Goya no solo fue uno de los grandes maestros de la pintura española, sino también un testigo lúcido y valiente de su tiempo. Su vida, marcada por el talento, la enfermedad, el exilio y una profunda transformación artística, continúa despertando admiración y curiosidad casi dos siglos después de su muerte.

Hoy, 16 de abril, en el 197 aniversario de su fallecimiento, desde Fuendetodos, pueblo natal de Goya, hablaremos de sus etapas finales, para comprender mejor no solo cómo falleció Goya, sino también cómo vivió, creó y evolucionó uno de los artistas más universales de nuestra historia.

Los últimos años de Francisco de Goya

Cuando Goya se acercaba a los ochenta años, su vida ya estaba marcada por logros, tensiones políticas y una evolución artística profunda. La España del siglo XIX era un país convulso, con ideas ilustradas chocando con las instituciones tradicionales. Goya fue testigo de momentos clave, como la Guerra de Independencia y el regreso de la monarquía absolutista de Fernando VII, un contexto que afectó profundamente a los círculos liberales a los que él pertenecía. Aunque ya no tenía un papel oficial, la represión política que vivió en su país, junto a su frágil salud, lo empujaron a tomar la decisión de abandonar España.

La decisión de Goya de abandonar España

Fue en el año 1824 cuando Goya, con 78 años, decidió trasladarse a Francia. No fue un destierro político oficial, pero sí un exilio voluntario, motivado por el clima de represión que se vivía en España bajo el régimen absolutista de Fernando VII. Eligió la ciudad de Burdeos, conocida por acoger a numerosos liberales españoles que huían de la persecución política. Allí, Goya encontró un ambiente más tolerante y abierto, lejos del control de la Inquisición y de la censura que limitaba la libertad de pensamiento y expresión en su país natal.

A Burdeos se llevó consigo a Leocadia Zorrilla (su ama de llaves) y a su hija Rosarito, con quienes mantenía una relación discreta pero estable.  Lejos de significar una retirada del arte, esta nueva etapa se convirtió en un periodo de recogimiento personal y, al mismo tiempo, de creación intensa y experimental. Libre de encargos oficiales, Goya se permitió explorar técnicas como la litografía y desarrollar una producción más íntima y reflexiva, centrada en la condición humana, el paso del tiempo y la vejez.

En Burdeos, su vida transcurrió de forma modesta y sencilla. Se alojó en diferentes residencias, siendo la última en la calle des Fossés, donde pasaría sus últimos días. Su rutina diaria combinaba paseos tranquilos con visitas a viejos amigos, como el dramaturgo Leandro Fernández de Moratín, también exiliado, y largas horas de trabajo en su estudio. Lejos del bullicio de Madrid, Goya encontró en esta ciudad francesa una serenidad creativa que le permitió seguir produciendo hasta el final de sus días.

El estado de salud de Goya en su vejez

La salud de Goya comenzó a deteriorarse a mediados de su vida, pero en la vejez el desgaste físico fue más evidente.La enfermedad que contrajo en 1792, cuya causa sigue siendo motivo de debate, lo dejó completamente sordo y con secuelas que afectaron su equilibrio, visión y estado emocional. Aquel episodio supuso un punto de inflexión en su trayectoria vital y artística, empujándolo hacia una expresión más introspectiva, libre y simbólica.

Con el paso del tiempo, desarrolló además reumatismo, fatiga crónica, temblores y trastornos digestivos, propios de su edad y agravados por su historial médico. Su movilidad se vio reducida y dependía cada vez más del cuidado de Leocadia Zorrilla (su ama de llaves) y su entorno familiar cercano.

A pesar de las limitaciones físicas, nunca dejó de crear. El arte siguió siendo su refugio y su vía de comunicación con el mundo. Dibujaba en hojas sueltas, márgenes de cartas y cuadernos improvisados. Sus últimos bocetos revelan a un hombre frágil, pero profundamente expresivo, centrado en la condición humana: rostros surcados por la experiencia, cuerpos desequilibrados, miradas perdidas en el tiempo.

Las últimas obras de Goya

En sus últimos años, ya instalado en Burdeos, Goya vivió una etapa de creación profundamente libre e introspectiva. Alejado de encargos oficiales, de la presión de la corte y del contexto político español, el arte se convirtió en su forma de seguir conectado al mundo. 

Durante esta época produjo obras como “Los toros de Burdeos”, una serie de litografías que reflejan su pasión por la tauromaquia, pero con una nueva libertad de trazo, más suelta, expresiva y moderna. Son escenas cargadas de movimiento y tensión, donde lo popular y lo trágico se entrelazan con una fuerza casi experimental. A la par, realizó numerosos dibujos, esbozos y cuadernos personales, conocidos como los Álbumes de Burdeos, que revelan una mirada cada vez más íntima, melancólica y visionaria.

Esta etapa final fue también un tiempo de soledad y reflexión. Goya, aislado por la sordera y la distancia con España, volcó sus emociones en figuras grotescas, ancianos y escenas absurdas. Obras como “Aún aprendo», donde un hombre envejecido avanza con dificultad, muestran un artista que, a pesar del deterioro físico, seguía explorando el alma humana con aguda lucidez. Lejos del ornamento y la idealización, estas últimas creaciones son una despedida artística sincera y despojada, en la que Goya se expresó sin filtros, con una intensidad que anticipa los lenguajes plásticos del siglo XX.

¿Cuándo y cómo falleció Goya?

La muerte de Goya fue serena, discreta, pero cargada de simbolismo. Falleció lejos de su tierra natal, tras una vida marcada por los contrastes: la gloria y el exilio, la enfermedad y el reconocimiento público y el aislamiento personal. Francisco de Goya murió el 16 de abril de 1828, a los 82 años, en su residencia de Burdeos, situada en el número 39 de la rue des Fossés, el último refugio que había elegido para su retiro.

Goya falleció tras sufrir un cuadro febril que debilitó aún más su ya delicada salud. No hubo agonía prolongada ni dramatismo. Según los testimonios de la época, su muerte fue tranquila, casi silenciosa, como si se fundiera con el entorno.

Fue atendido por médicos locales y acompañado por Leocadia Zorrilla (su ama de llaves) y algunos amigos. La comunidad española en Burdeos mostró respeto, aunque no se celebraron grandes actos fúnebres. El fallecimiento de Goya fue discreto, como había sido su vida en el exilio.

¿Dónde está enterrado Goya?

Tras su muerte, Goya fue enterrado en el cementerio de la Chartreuse ( Burdeos), en la que también reposaban otros exiliados y personajes relevantes. Su tumba no fue destacada. Durante décadas, el lugar pasó desapercibido, salvo para algunos estudiosos y admiradores.

En 1899, el Estado español decidió repatriar sus restos a Madrid. Se eligió como destino la Ermita de San Antonio de la Florida (Madrid), donde el artista había pintado una de sus grandes obras religiosas. Allí fue depositado el féretro, en un acto de justicia histórica.

Durante la exhumación, se produjo una sorpresa: faltaba el cráneo. Nadie supo explicar con certeza qué había ocurrido. Se especuló con que fuera sustraído para estudios médicos, o perdido durante una exhumación anterior. El misterio persiste. Hoy, Goya descansa en Madrid, pero sin cabeza. Un hecho simbólico para quien, como él, siempre fue más grande que cualquier explicación lógica.

197 años después de que falleció Goya, Fuendetodos mantiene viva su memoria

A casi dos siglos de que falleció Goya, su pueblo natal, Fuendetodos, sigue honrando con orgullo la memoria de su vecino más ilustre. Este pequeño municipio aragonés, situado a tan solo 44 kilómetros de Zaragoza, en plena comarca del Campo de Belchite, mantiene viva la huella del genio a través de una intensa actividad cultural y educativa. 

Fuendetodos organiza actos conmemorativos que reúnen a vecinos y visitantes: talleres educativos, exposiciones temporales, visitas y representaciones. Además de visitas a lugares emblemáticos en honor al pintor:

  • La Casa Natal de Goya, cuidadosamente restaurada y abierta al público, permite al visitante adentrarse en los orígenes humildes del pintor, recorriendo las estancias donde nació y vivió sus primeros años.
  • El Museo del Grabado de Fuendetodos ofrece un recorrido por su maestría técnica en el aguafuerte, la aguatinta y otras técnicas gráficas, con reproducciones y obras originales que explican su evolución como grabador.
  • El Espacio Goya complementa esta experiencia con exposiciones contemporáneas, conferencias, ciclos de cine y actividades para toda la familia.

Estas iniciativas han convertido a Fuendetodos en un auténtico referente cultural en Aragón, un lugar donde el legado de Goya trasciende las salas de exposición. Fuendetodos no se limita a recordar que falleció Goya; lo honra manteniéndolo presente y vivo, como símbolo de creatividad, pensamiento crítico y libertad artística.

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